miércoles, 1 de junio de 2011

Hacia el mar

El día 12 de Mayo fuimos hacia Bela. El camino fue infernal, unas 4 horas de subida sin llanos a media tarde. Eso mata a cualquiera. El pueblo efectivamente era un conjunto de 8 casas en medio de la nada, tan nada, que ni el desvio estaba señalado. Al llegar, preguntamos directamente por el nombre de nuestra host y al poco salio a recibirnos.
Allí, conseguimos darnos una ducha y al poco asistimos a la misa del pueblo
(asistencia obligatoria). Se reunían todos los dias de Mayo en la estatua de la virgen a la entrada del pueblo. Además nos hicieron tocar una cancion suya con la guitarra. No creáis que me sentía muy cómodo (para los lectores no habituales, soy ateo convencido), pero a veces hay que tragarse el orgullo por un bien mayor. En este caso el bien era un techo, agua caliente y comida casera :). Después jugamos un partidillo de fútbol con los niños del pueblo (sí, lo mejor después de romperte las piernas pedaleando es jugar a fútbol) y para rematar, una excursión a una cascada cercana. A las 22:00 estábamos durmiendo como bebés después de todo el desgaste físico.

El 13 pusimos en nuestra brújula viajera rumbo a Croacia, y pedaleamos duramente por una pista forestal para poder salir de Bela, hasta llegar a las inmediaciones de Ilirska Bistrica, donde practicamos nuestro deporte favorito: acampada libre. El 14 llegamos a nuestra primera frontera y tras hacernos la foto de rigor y recibir la bendición de mi amigo Ratzi, llegamos hasta Opatija, en Croacia, donde nos esperaba nuestra host Monika.


Esa noche, nos juntamos con los amigos de nuestra host y nos fuimos con las guitarras a tomar unos vinos a la costa por la noche. He de decir que me encantó el mar de Croacia, con sus aguas transparentes. Aunque las playas son todas de rocas (si fueran de arena el agua seguramente no sería transparente), merece la pena disfrutar del mar croata.

El 15 de Mayo lo declaramos día de descanso, por eso de que es pecado pedalear en Domingo. Bueno, por eso y porque estuvo lloviendo todo el día. Y ya sabéis que a los hippies si nos toca el agua nos quema.

El 16 pusimos rumbo a las islas de Cres y Krk. Sí, aparentemente en los Balcanes existen palabras sin vocales. Como las bicis no son acuáticas (todavía) las montamos en un ferry local junto a bastantes moteros y algunos coches. Lo malo de las islas es que, generalmente, no son llanas. Son islas porque emergen del mar, y para la bici son un poco putada, valga la vulgaridad. Que si para arriba, que si para abajo, que si para arriba otra vez...joder, parecia una canción del verano!. Un par de días de acampada libre, buenas vistas, piernas cargadas, señoras de 70 años en bicicletas profesionales que nos adelantan en bajada, y decidimos volver al continente.

El paso por las islas había sido duro. Ahora el objetivo era llegar hasta el parque nacional de Plitvika Jeezera, que es la mayor atracción de Croacia. Pero eso es otra historia...

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