miércoles, 29 de junio de 2011

Ultimas pedaladas

El 24 salimos de Plitvice de camino a la frontera Bosnia. Nada más cruzarla, ya empezamos a ver mezquitas ( Bosnia tiene un 45% de población musulmana) y llegamos a la hora de comer a Bihac. Allí un par de yonkis nos amenizaron la comida pero decidimos irnos cuando uno de ellos me pidió ver mi cuchillo argentino. A papá mono con la banana de plástico. Por el camino estuvimos hablando con unos ciclistas que se quedaron flipados al ver cuanto pesaban nuestras bicis en comparación con las suyas de carretera :).

Tras dormir en la nada, al día siguiente pasamos por Republica Sbrska, que es la zona de Bosnia que se considera Serbia. Alli no ves la bandera de Bosnia por ningún sitio (a pesar de que, oficialmente, estás en Bosnia) y admiran a Djokovic, cuentan los kilómetros de carretera a su propia manera y la policía siempre está dispuesta a pedirte el pasaporte para después pedir un soborno. Al salir de esta región decidimos tomar un atajo por una carretera secundaria para ahorrarnos 30km. Este atajo resultó ser un camino infernal sin asfaltar, lleno de piedras y barro (foto de arriba) y cuesta arriba. Y para más inri, si tienes la tentación de acampar este es el cartel de bienvenida.

Tras una agonía que parecía inacabable, por fin llegamos a la cima de la montaña y nos esperaban 10 divertidos kilómetros con un 10% de pendiente. Al llegar a Travnik acampamos en un prado que nos recomendó un mozo local. El 28 decidimos hacer la machada y hacer 90km en un día del tirón para poder llegar a Sarajevo y ver la final de la Champions. Allí nos recibieron Majda y Lamia, nuestras hosts para los próximos 7 días. Mi viaje en bici había terminado. A partir de ahora seguiría en otros medios de transporte menos cansinos.



lunes, 20 de junio de 2011

Y bien de agua

El 22 de Mayo, tras la parrillada nocturna del día anterior, Sergio y yo decidimos que ya era hora de arrancar, asi que nos pusimos camino a Plitvice. No teníamos noticias de Lechu, pero ya es mayor y se sabe cuidar. En un momento del camino teníamos que tomar un desvío según el mapa. En una de las paradas para descansar, ocurre lo siguiente:

Sergio: "Voy a ver el GPS del móvil a ver dónde está el desvío que tiene que estar cerca ya".
Pakore: "Sí, pero lo único que he visto ha sido hace 5km esa carretera chunga que iba para arriba..."
Sergio: "Ostras, pues según el mapa tiene que ser esa..."

Nos miramos con cara de pocos amigos pensando: "Caguentoooooooooooooloquesemenea!!". Así que vuelta hacia atrás 5km. Llegamos al desvío y justo pasa un hombre con un tractor, al que preguntamos si era el camino correcto. Obviamente la formación en inglés de la gente de campo en Croacia tiende a cero, pero sin embargo conseguimos entender el mensaje: Por este camino no se llega al parque nacional.

Nos volvemos a mirar, pensando: "Caguentooooooooooooloquesemeneaymás!!!". Otra vez a hacer los mismos 5km (3ª vez que los hacíamos) y además tenemos que dar un rodeo majo para llegar al parque nacional. Unos 15km más de los que habíamos planificado, sin contar las idas y las venidas. Para más inri, en el camino se pone a llover y nos refugiamos en una caseta con un hombre que vendía quesos en silla de ruedas (él iba en la silla, no los quesos). Mientras, recibimos un mensaje de Lechu diciendo que justo se habia puesto a pedalear y le había pillado la lluvia, así que se quedaba otra noche más en Otocac.

Por la tarde llegamos al pueblo de Plitvice y dormimos en una habitación de una casa de una familia, que alquilaban a modo de posada improvisada, algo bastante común por estos lares.
Al día siguiente (23 de Mayo) nos juntamos con Lechu en la entrada al parque nacional, que es hermoso. Recorrimos el parque tranquilamente y volvimos al pueblo de Plitvice donde teníamos localizado un lugar agreste para dormir en la tienda. Las fotos hablan por si solas:


Actualización: Gracias por los comentarios, pero está prohibido bañarse en el parque nacional. Una pena, verdad?

sábado, 4 de junio de 2011

De vuelta al continente

El día 18 de Mayo volvimos de vuelta al continente Europeo. Tras el duro paso por las islas fuimos recorriendo la costa croata atravesando la ciudad de Crikvenica. El objetivo era encontrar un lugar donde poder acampar gratis, pero todos los sitios al lado de la carretera estaban urbanizados. Era dificil encontrar un lugar agreste y apartado donde poder poner nuestras tiendas de campaña. Finalmente nos rendimos y decidimos ir a un camping, porque ya estaba anocheciendo.
Al llegar a uno, no había nadie en la recepción, asi que decidimos ir plantando mientras aparecía alguien. Y esperamos...esperamos...esperamos...y allí nadie venía. Bueno, no seríamos nosotros quienes fueramos a avisar al dueño (que a saber donde vivía). No había nadie más en el camping y el césped estaba mal cuidado, así que asumimos que simplente estaban fuera de temporada. Un hombrecillo paseando al perro nos dijo que Davor Suker vivía a 5 minutos de ahí, pero tampoco teníamos mucho interés en conocer a un futbolista que tuvo por novia a Ana Obregón.

Al día siguiente (19 de Mayo) el objetivo era llegar hasta Otocac, una pequeña ciudad cerca de la frontera con Bosnia (y del parque nacional de Pitvice). El problema era que estábamos en la costa y queríamos ir hacia el Este, es decir, había que adentrarse en los Balcanes. Nos esperaba una subida del 12% durante unos 12km, lo cual es un infierno cuando vas en bici, con 15kg de carga y una guitarra a la espalda. Y para más inri, empezamos a pedalear tarde. Serían las 11am cuando empezamos la subida.
Yo pensaba en hacer dedo para que me subieran, pero mis esperanzas empezaron a desvanecerse cuando en 30 minutos de subida sólo vi a 2 coches pasar por la carretera secundaria por la que íbamos. Sin embargo, la suerte nos sonrió de nuevo y pasó una furgoneta de carga con un chaval muy majo que nos dejó meter las bicicletas junto con la mercancía e ir nosotros de copilotos. Desde ese día, tengo a aquel tío como mi nuevo Dios (como soy ateo tampoco requiere mucho esfuerzo xD). Nos dejó más o menos en la cima de la montaña y desde ahí fue una delicia de camino atravesando mini-pueblos, bosques, valles...casi todo en llano o bajada.

Finalmente llegamos a Otocac y Sergio y yo nos fuimos para un hotel (4 días en la bici sin ducharnos es nuestro límite y no había hostels) y tras la ducha caliente dormimos como bebés. Lechu fue a buscarse la vida y acabó conociendo a un tipo, tocando en un bar con él y durmiendo en su casa. Estos argentinos tienen experiencia en sacarse las castañas del fuego! Lechu decidió quedarse dos noches más y Sergio y yo decidimos pedalear un poco para ir haciendo etapas.


Encontramos un lugar que ponia "Free camping" en el que no había nadie, pero que parecía medio acondicionado. Descubrimos que se podía hacer fuego (había restos de hoguera y madera cortada no muy lejos) y de repente, se nos encendió la bombilla: parillada. Me acerqué al supermercado del pueblo más cercano y conseguí unos pinchos morunos. Después de estar comiendo todos los días atun con tomate y salchichas frias con queso, aquellos pinchos nos supieron a gloria. Tanto, que al día siguiente decidimos no pedalear y hacer otra parrillada a la noche. Obviamente no teniamos parrilla, asi que estuvimos todo el día pensando y preparando como íbamos a hacer para poner la carne. Un poco de imaginación, un poco de diseño ingenieril, un par de ramas peladas con el cuchillo scout y los palitos de los pinchos nos sirvieron para que entre Sergio y yo nos comiéramos 1.5kg de carne a la brasa. Había que recuperar fuerzas ;). Y aún estábamos a 60km del parque nacional...


miércoles, 1 de junio de 2011

Hacia el mar

El día 12 de Mayo fuimos hacia Bela. El camino fue infernal, unas 4 horas de subida sin llanos a media tarde. Eso mata a cualquiera. El pueblo efectivamente era un conjunto de 8 casas en medio de la nada, tan nada, que ni el desvio estaba señalado. Al llegar, preguntamos directamente por el nombre de nuestra host y al poco salio a recibirnos.
Allí, conseguimos darnos una ducha y al poco asistimos a la misa del pueblo
(asistencia obligatoria). Se reunían todos los dias de Mayo en la estatua de la virgen a la entrada del pueblo. Además nos hicieron tocar una cancion suya con la guitarra. No creáis que me sentía muy cómodo (para los lectores no habituales, soy ateo convencido), pero a veces hay que tragarse el orgullo por un bien mayor. En este caso el bien era un techo, agua caliente y comida casera :). Después jugamos un partidillo de fútbol con los niños del pueblo (sí, lo mejor después de romperte las piernas pedaleando es jugar a fútbol) y para rematar, una excursión a una cascada cercana. A las 22:00 estábamos durmiendo como bebés después de todo el desgaste físico.

El 13 pusimos en nuestra brújula viajera rumbo a Croacia, y pedaleamos duramente por una pista forestal para poder salir de Bela, hasta llegar a las inmediaciones de Ilirska Bistrica, donde practicamos nuestro deporte favorito: acampada libre. El 14 llegamos a nuestra primera frontera y tras hacernos la foto de rigor y recibir la bendición de mi amigo Ratzi, llegamos hasta Opatija, en Croacia, donde nos esperaba nuestra host Monika.


Esa noche, nos juntamos con los amigos de nuestra host y nos fuimos con las guitarras a tomar unos vinos a la costa por la noche. He de decir que me encantó el mar de Croacia, con sus aguas transparentes. Aunque las playas son todas de rocas (si fueran de arena el agua seguramente no sería transparente), merece la pena disfrutar del mar croata.

El 15 de Mayo lo declaramos día de descanso, por eso de que es pecado pedalear en Domingo. Bueno, por eso y porque estuvo lloviendo todo el día. Y ya sabéis que a los hippies si nos toca el agua nos quema.

El 16 pusimos rumbo a las islas de Cres y Krk. Sí, aparentemente en los Balcanes existen palabras sin vocales. Como las bicis no son acuáticas (todavía) las montamos en un ferry local junto a bastantes moteros y algunos coches. Lo malo de las islas es que, generalmente, no son llanas. Son islas porque emergen del mar, y para la bici son un poco putada, valga la vulgaridad. Que si para arriba, que si para abajo, que si para arriba otra vez...joder, parecia una canción del verano!. Un par de días de acampada libre, buenas vistas, piernas cargadas, señoras de 70 años en bicicletas profesionales que nos adelantan en bajada, y decidimos volver al continente.

El paso por las islas había sido duro. Ahora el objetivo era llegar hasta el parque nacional de Plitvika Jeezera, que es la mayor atracción de Croacia. Pero eso es otra historia...