Ya solo quedan 5 días para empezar el viaje, que espero que sea el mejor de mi vida. Por ello, ya han comenzado las rondas de despedida de mis amigos (que parece que me voy a la guerra, jaja).
Este fin de semana fue la primera despedida, junto con algun@s amig@s de la asociación de malabares, en la casa de Tanis, a 1 hora de Zaragoza, cerca de un lago. Esta casa tiene el sobrenombre de "Casa de la Risa", ya que una vez que se entra, las risas son continuadas y están aseguradas, reina el amor, la paz y la amistad, y está prohibido picarse.
Ellos ya habían empezado a disfrutar de la casa el viernes, ya que yo fui al concierto de Muchachito Bombo Infierno (conciertazo!!), y me uní a ellos el sábado por la mañana. En esta casa no hay enchufes (tan solo luz mediante placas solares) ni agua caliente ni ducha ni muchos de los modernos lujos de hoy en dia (por supuesto no hay televisión ni Internet), y por ello la hace tan especial, ya que en ningún momento se echan en falta todos estos avances. Las horas pasan mágicamente entre canciones con la guitarra, juegos variados, y conversaciones interesantes, siempre llenas de risas, risas y más risas. A estas actividades, se le une una buena parrillada en la chimenea, junto con otros platos cocinados con todo el cariño posible. El reloj apenas se mira, las cosas se hacen cuando apetecen, y siempre estamos todos dispuestos a cocinar, fregar, limpiar, cortar leña y recoger cuando haga falta.
El resultado ha sido un fin de semana mágnifico, que me ha llenado de energía para el resto de la semana, y del que guardo momentos especiales como las risas jugando al "Jia - Hondo", el chupito de vodka-agua, las guarradas con el monkey game, y el tocar y cantar "Imagine" en el césped al más puro estilo hippie.
Gracias Tanis, Laura, Sara, Isabel y Jorge. Os quiero mil.
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