De Skopje a Atenas

En Skopje estuve con Sergio y Lechu viendo una ciudad de un país del que sabíamos más bien poco. Es una ciudad que ni fú ni fá, así que ellos se fueron pronto a pedalear y yo me quedé unos días más conociendo a algunos Couchsurfers. Uno de ellos me alojó unos días y me llevó a jugar un partido de street basketball, en el que me di cuenta que tenía menos fondo que el armario de Severus Snape. Asistí también a una manifestación contra la brutalidad policial ya que unos días antes habían matado a un chico a porrazos.

Salí de Skopje hacia Thessaloniki haciendo dedo para un trayecto largo por primera vez en mi vida. Con todo el calor y los bártulos, estuve una hora hasta que un camionero me recogió y me dejó cerca de la frontera. Allí un checo con una caravana me recogió en 5 minutos y me dijo que como tradición cuando él cruzaba la frontera se tomaba una cerveza, y que como era su guest, me tomaría una con él. No me gusta la cerveza, pero tenia taaaanto calor (unos 40º a la sombra) que me la bebí de trago. Me dejó a unos 50km de Thessaloniki donde un tipo con un Opel Kadett viejo me recogió y se dedicó a ir a 160km/h. Ni papa de inglés que hablaba el tío, pero seguro que era un cachondo. Me bajé a las afueras de Thessaloniki donde un chico joven que era portero de discoteca me llevó hasta el centro (donde había quedado con mis hosts). Nunca había hablado tanto rato con un portero (fueron unos 10 minutos de trayecto). Fue curioso XD.

Allí me encontré con Lechu y Sergio y estuvimos casi 10 días comiendo, saliendo, yendo a la playa, aprendiendo a jugar al Backgammon, leyendo, comiendo, saliendo...he dicho comiendo? En Grecia se come espectacularmente bien! Soy un fan de la Mousaka y por fin pude comer autenticos platos hechos por griegos.
Sergio decidió dejar de pedalear así que él y yo nos fuimos en tren a Meteora mientras Lechu ponía rumbo a Turquía. Meteora son un montón de monasterios en lo alto de montañas. Está bien, pero me esperaba más. De ahí partimos hacia Atenas donde nos alojó Athanasia, una amiga que alojé en Buenos Aires casi un mes. Y en Atenas vuelta a salir, comer, playa, salir, comer. Vimos el Partenón, que nos pareció excesivamente caro para lo que es (12 eureles la entrada).

Tras la experiencia griega yo decidí poner rumbo a España para ir de monitor con el Grupo Scout Impeesa 424 y Sergio siguió el viaje en solitario por las islas griegas y Turquía.

Y ese fue el fin del viaje, mucho más corto de lo inicialmente planeado. Cuando decidí volverme ya estaba cansado de viajar, de no tener mi lugar, de ocupar y depender de casas ajenas...a veces el cuerpo y la mente simplemente te piden que pares. Después de 5 meses y medio, quería volver a tener mi lugar y descansar, nada más :).

Ya habrá más viajes en el futuro!