En menéame salió en portada esta noticia publicada en El País sobre los jóvenes que emigran.
Leyendo los comentarios en menéame, me encuentro con el siguiente escrito por tvr, que a continuación reproduzco porque creo que es excepcionalmente acertado describiendo la situación actual.
"Me da asco como en El País hablan de los jovenes como si fuésemos mercancías. Hablan de dinero regalado a los empresarios de otro país. ¿eso es lo que somos?
Yo me he ido por un tiempo, y no con pena ni para engordar los bolsillos de nadie. De hecho esa es una de las pocas cosas que tengo claras. Me he ido para enriquecerme, para aumentar la realidad de mi caverna. Para salir del imaginario aborregante, para conocer nuevas realidades, nuevas culturas y formas de pensar, nuevas formas de buscarse la vida. Parece que se nos olvida que lo más importante no es tener una casa, un coche, 3 hijos y un perro. Sino disfrutar de una vida plena y eso no te lo da lo material, sino las experiencias vitales.
Me he ido porque la vida es corta y el mundo es muy grande, si no empiezo a conocerlo ahora no lo haré nunca. El sistema no me ofrece alternativas, solo me pide que trabaje y que consuma. ¿Qué digo?, ahora no me ofrece ni trabajo y si lo encuentro va a ser en unas condiciones lamentables, alienantes.
Nuestro país no respeta a sus jóvenes, no trata como a idiotas, siempre lo han hecho. En la educación se preocupan de que no aprendamos a ser críticos, fomentan la competencia en lugar de la cooperación y que nos aprendamos sus verdades de memoria, como si de dogmas se tratara. Los medios, especialmente la tele, nos han metido la idea de que conseguiremos el bienestar a traves del consumo, como si con ello fueramos a alcanzar el equilibrio espiritual. Nos han bombardeado con publicidad, marcas y eslóganes, creando necesidades que no tenemos. Si consigues cambiar el chip, cuestionártelo todo, pronto te das cuenta de que el consumo es la clave de la alienación. Sin consumo a penas necesitas nada para vivir; lo justo para comer, vestirte y dormir. Con cantidades irrisorias de dinero puedes tirarte meses en el extranjero. Una vez das el paso, moverte se convierte en una rutina, en un juego, una aventura constante. Viajar al extranjero sin un plan fijo te enseña a sobrevivir, a enfrentarte a situaciones a las que nunca tendrías que enfrentarte en casa, un nuevo idioma (depende de a dónde viajes) a deshacerte de viejos prejuicios..."
Me quito el sombrero.
3 comentarios:
A mi sin embargo el artículo del país me ha parecido muy acertado, aunque también me parece acertado el comentario de menéame que has rescatado.
No los veo incompatibles.
No creo que el enfoque (al menos espero que no) del periodista fuera el de pernsar en "jóvenes mercancía" sino en criticar la falta de iniciativas y en general la situación laboral española para los jóvenes.
Nos guste o no el Estado ha invertido dinero (tal vez poco) en nuestra formación y al irnos no sólo se pierde una persona capaz de desarrollar un trabajo sino que esa "inversión del Estado" se va también.
Gracias por publicarlo en tu blog! un saludo!
Gran comentario, sí señor. Yo también me quitaría el sombrero si tuviera.
En El País hay toda una sección sobre el tema que se llama Preparados (con lo de "parados" sutilmente escrito en un color diferente al "pre"). Aquí el link:
http://www.elpais.com/especial/preparados/
También tienen twitter: elpaisprparados
Todos los artículos van en la línea del que apareció en menéame. Alguno está bien pero la mayoría anuncian el apocalipsis.
Que el estado invierte dinero en nosotros no me suena bien. Me gustaría más oír que se lo da a quien lo necesita y de todo ello se beneficia la humanidad. Lo de inversión ya implica que somos un engranaje más de la maquinaria desde que empezamos la universidad o antes.
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