domingo, 10 de octubre de 2010

Última carta de Baden Powell



Hoy, no se porqué, me he acordado de la última carta de Baden Powell (el fundador del movimiento Scout) que me parece inspiradora en muchos sentidos. Aunque habla de un amigo imaginario (algunos lo llaman "dios", la carta fue escrita en 1941), la esencia de la carta no es religiosa, sino más bien mundana y práctica.

La encontré una web scout.


Queridos Scouts:
Si alguna vez han visto la obra de "Peter Pan", recordarán cómo el jefe de los piratas estaba siempre haciendo su último discurso de despedida por temor de que, posiblemente, cuando llegara la hora en que habría de morir, no fuera a tener tiempo para darlo a conocer. Así me sucede a mí, y aún cuando no me estoy muriendo en este momento, esto tendrá que suceder uno de estos días, y deseo decirles una palabra de despedida. Recuerden: esta es la última que oiréis de mí, por lo tanto, medítenla.

He tenido una vida muy dichosa, y deseo que todos ustedes tengan también vidas muy dichosas. Estoy convencido de que Dios nos ha puesto en este mundo maravilloso para que seamos felices y gocemos de la vida. Pero la felicidad no proviene simplemente de la riqueza, ni de tener éxito en la carrera, ni dándose uno gusto a sí mismo. Un paso hacia la felicidad es hacerse uno sano y fuerte cuando niño, para poder ser útil y así poder gozar de la vida cuando se es hombre.

El estudio de la naturaleza les enseñará cómo Dios ha llenado de cosas bellas y maravillosas este mundo para que lo puedan gozar. Estén satisfechos con lo que les haya tocado y saquen de ello el mejor partido que puedan. Vean siempre el lado bueno de las cosas y no el malo.

Pero la verdadera manera de obtener la felicidad es haciendo felices a los demás. Traten de dejar este mundo en mejores condiciones de como lo encontraron; de ésta manera, cuando les llegue la hora de morir, podrán hacerlo felices porque, por lo menos, no perdieron el tiempo e hicieron cuanto les fue posible por hacer el bien. "Estén Listos" en ésta forma, para gozar de una vida dichosa y morir dichosos: aférrense a su Promesa Scout siempre, aún cuando hayan dejado de ser muchachos. Que Dios los ayude a hacerlo así.

Su amigo



Cosas a destacar, ignorando las referencias a dios, ya que me parecen que están ahí por el contexto de la época (¿Quién no era religioso en 1941?):

  • Hace una referencia a Peter Pan. Una de las máximas scouts es jugar y divertirse como un niño, aún cuando uno es adulto. Correr, jugar, disfrazarse, hacer talleres, pintarse la cara... me parece que es sanísimo para forjar tu personalidad, para perder la vergüenza y para darse cuenta de que uno se puede salir del rebaño y ser diferente. Siempre me hace gracia lo que me decían en Argentina: "Los scouts son niños que se disfrazan de boludos y boludos que se disfrazan de niños". Más que ofenderme, me hacía gracia porque en parte, es verdad :)
  • Uno es feliz haciendose fuerte y sano de niño para poder gozar de adulto. Baden Powell siempre insiste en sus escritos sobre la importancia de cuidar nuestro cuerpo. Es algo que aparentemente sólo te das cuenta de mayor, cuando el cuerpo empieza a fallar. Todas las abuelas (por ser mayores y madres) siempre insisten en que tengas cuidado. Y más sabe el diablo por viejo que por diablo, no?.
  • La naturaleza está llena de cosas maravillosas que merecen ser observadas. Es una de mis principales razones para viajar, el ver montañas, animales, cascadas, glaciares, rios... Salgamos un poco de nuestro entorno a conocer mundo, para darnos cuenta que hay muchas cosas por descubrir.
  • Hay que conformarse con lo que a uno le toca y disfrutar de ello. A lo mejor no somos ni los más rápidos, ni los mejores tocando la guitarra, ni cantando, ni tenemos más dinero que el vecino. Pero al menos podemos correr, tocamos algo de música, podemos cantar y no pasamos necesidades. Hay que ser positivo y mirar el lado bueno de las cosas. Ser negativo y envidioso consume mucha energía y no te permite disfrutar de lo que ya tienes. En general, la gente positiva es divertida y la negativa, amargada. Todo el mundo se siente más cómodo con gente optimista a su alrededor.
  • Hay que ser más solidarios. Echad una mano a se amigo que arregla su bici, a esa amiga que pinta su casa, a esa señora que no puede subir el carro por las escaleras, a ese anciano que está de pié en el autobús. Y más allá de nuestro entorno, dedicad una parte de vuestros ingresos a proyectos sociales o de medio ambiente. Siempre hay gente que necesita que le echen una mano. Muchas veces, nos puede costar 5 minutos, pero esa persona estará agradecida eternamente. A pesar de que soy ateo convencido y promuevo el pensamiento crítico, siempre he creido en el karma, desde el punto de vista de que, si haces cosas buenas, te pasarán cosas buenas. No tiene ninguna justificación científica y posiblemente sea un pensamiento egoísta, pero en el cómputo global hace aumentemos el nivel de felicidad de nuestro entorno.
  • La antefirma: "su amigo". Me llama la atención lo poco usual de esta frase antes de firmar y me hace pensar. Los buenos amigos están ahí siempre, aunque a veces estén a miles de kilómetros. Y están a las duras y a las maduras (no como las novias que sólo están a las maduras :P). Los amigos hay que cuidarlos, y no debemos ser soberbios (yo el primero) y menospreciar a alguien que de primeras no nos parece interesante pero a la larga puede llegar a convertirse en uno de nuestros mejores amigos. Pensad que cada persona nueva que conocéis, puede llegar a convertirse en una gran amistad.
Me ha salido un post filosófico hoy. Se agradecen los comentarios.

lunes, 4 de octubre de 2010

Los emigrantes y los medios de comunicación

En menéame salió en portada esta noticia publicada en El País sobre los jóvenes que emigran.

Leyendo los comentarios en menéame, me encuentro con el siguiente escrito por tvr, que a continuación reproduzco porque creo que es excepcionalmente acertado describiendo la situación actual.

"Me da asco como en El País hablan de los jovenes como si fuésemos mercancías. Hablan de dinero regalado a los empresarios de otro país. ¿eso es lo que somos?

Yo me he ido por un tiempo, y no con pena ni para engordar los bolsillos de nadie. De hecho esa es una de las pocas cosas que tengo claras. Me he ido para enriquecerme, para aumentar la realidad de mi caverna. Para salir del imaginario aborregante, para conocer nuevas realidades, nuevas culturas y formas de pensar, nuevas formas de buscarse la vida. Parece que se nos olvida que lo más importante no es tener una casa, un coche, 3 hijos y un perro. Sino disfrutar de una vida plena y eso no te lo da lo material, sino las experiencias vitales.

Me he ido porque la vida es corta y el mundo es muy grande, si no empiezo a conocerlo ahora no lo haré nunca. El sistema no me ofrece alternativas, solo me pide que trabaje y que consuma. ¿Qué digo?, ahora no me ofrece ni trabajo y si lo encuentro va a ser en unas condiciones lamentables, alienantes.

Nuestro país no respeta a sus jóvenes, no trata como a idiotas, siempre lo han hecho. En la educación se preocupan de que no aprendamos a ser críticos, fomentan la competencia en lugar de la cooperación y que nos aprendamos sus verdades de memoria, como si de dogmas se tratara. Los medios, especialmente la tele, nos han metido la idea de que conseguiremos el bienestar a traves del consumo, como si con ello fueramos a alcanzar el equilibrio espiritual. Nos han bombardeado con publicidad, marcas y eslóganes, creando necesidades que no tenemos. Si consigues cambiar el chip, cuestionártelo todo, pronto te das cuenta de que el consumo es la clave de la alienación. Sin consumo a penas necesitas nada para vivir; lo justo para comer, vestirte y dormir. Con cantidades irrisorias de dinero puedes tirarte meses en el extranjero. Una vez das el paso, moverte se convierte en una rutina, en un juego, una aventura constante. Viajar al extranjero sin un plan fijo te enseña a sobrevivir, a enfrentarte a situaciones a las que nunca tendrías que enfrentarte en casa, un nuevo idioma (depende de a dónde viajes) a deshacerte de viejos prejuicios...
"


Me quito el sombrero.