Pakore strikes back!

Vuelven los viajes y con ellos, vuelve el blog. Ya es oficial, el 1 de Marzo empiezo a viajar de nuevo.

Vuelven los viajes, y con ellos, vuelven los gadgets. Esta vez tengo una nueva compañera...se llama Vaude y tiene una capacidad de 80L. Tecnicamente es muy buena y es realmetne cómoda de llevar. Espero que me dure tanto o más como la Altus Pirineos, que recorrió miles de kilómetros durante 15 años aprox. Así que recuerde a botepronto, la altus ha estado en al menos 10 campamentos de verano, en los Andes, en Bulgaria, en Rusia, en el Monte Perdido, en Irlanda.... ha sido mi más fiel compañera de viajes (Zani's aparte). Y aun sobrevive! De momento está descansando en Zaragoza, ya mermada por la edad, pero con suficiente energia para algunos viajes más, que en el algun momento, llegarán.

Vuelven los viajes, y con ello, vuelven las despedidas. Estaba reflexionando sobre el mes que me queda aquí y sobre la gente que he conocido. Sería imposible escribir todo lo que he vivido y sentido durante todo este tiempo. Sin embargo, hay algo que siempre es común, y es que un viaje implica una aventura, y también una despedida. Nunca son fáciles, hay muchas cosas que dejas atrás, muchos recuerdos, momentos, risas, canciones.... Sin embargo este año, todo ha cambiado. He estado practicamente todo el año relacionandome con viajeros, con gente que va de aqui para allá, de acá para allí, y si he aprendido una cosa es que nunca sabes cuando vas a volver a ver a otra persona. Puede que nunca, puede que mañana. Y eso, en cierto modo, me reconforta. Sí, me reconforta, porque nunca sabes cuando dices el último adiós.
He aprendido que todo es posible, y que por muy lejos que estés de otras personas, nunca sabes cuando se volverán a cruzar vuestros caminos. Si se tienen que cruzar, se cruzarán. Y mientras tanto, recuerda los buenos momentos mientras anduvisteis juntos. De algunos ya me he despedido, de otros, ya perdí la oportunidad, y de los que quedan, disfrutaremos juntos este tiempo que nos queda. Con alegría, con sonrisas y abrazos. Por que no hay que ponerse triste por que alguien se vaya, hay que alegrarse de que vaya a vivir una fantástica aventura, llena de retos, emociones y gente variopinta.


Porque los viajes separan personas, pero unen mundos y sentimientos.