martes, 17 de noviembre de 2009

2 puntos colega!

Andaba inquiriéndome sobre la velocidad de los cuerpos en movimiento y su correspondiente inercia y resistencia a ser desviados de su trayectoria y reducida la variable que marca el espacio recorrido por unidad de tiempo, asi que no se me ocurrió otra cosa que montarme en la bici, y mientras iba andando, meter una botella de poliuretano llena de caldo de ave entre los radios de la rueda delantera.

He de decir que el experimento fue todo un éxito, pude comprobar en mis propias carnes los efectos descritos por la física clásica en cuanto a deceleración, rozamiento, elasticidad de los materiales, cantidad de movimiento y estructuras de la materia. Es impresionante cuanta ciencia se puede aprender en un sólo instante de lucidez. Si Newton estuviera vivo estaría orgulloso de mi hazaña.

Estos fueron los resultados del experimento:




En el próximo capítulo de "No hay cojones", con el objetivo de extender el conocimiento sobre el rozamiento e integración de materiales textiles en el cuerpo humano, realizaremos el experimento de extraer dos puntos de la ceja izquierda de un ser humano ya cicatrizada. En el campo de la investigación económico-social, experimentaremos sobre las dificultades de la población inmigrante para reparar una horquilla delantera de bici doblada, por una nueva en una tienda a cambio de un tipo de moneda preestablecido por la sociedad, y en particular, centrandonos en la cantidad de moneda, influenciada por la oferta y la demanda de negocios similares en la zona.